¿Por qué pensar críticamente?
A la pregunta de si subirá el precio del petróleo en los próximos seis meses, nos podemos plantear por qué es mejor considerar argumentos que tirar una moneda al aire o visitar un astrólogo. Aunque será más rápido tirar una moneda al aire y posiblemente más divertido visitar a un astrólogo, si hay un buen argumento apoyando una creencia, es más probable que ésta sea cierta.
Buenos argumentos proporcionan evidencias sobre la verdad de sus conclusiones. Si examinamos cuidadosamente los argumentos relacionados con los precios del petróleo y basamos nuestras creencias en dichos argumentos, la probabilidad de tener una creencia verdadera será mayor que si lanzamos una moneda al aire o consultamos a un astrólogo.
Beneficios del pensamiento crítico
Una razón que apoya el beneficio del pensamiento crítico es que las creencias verdaderas nos llevarán a obtener mejores resultados en los exámenes que las creencias falsas. Si por ejemplo nos centramos en la clase de geología y tenemos creencias falsas sobre las formaciones de las rocas que estamos estudiando, probablemente no lo haremos muy bien en el examen. Cuando “desvelamos” nuestras creencias erróneas en el examen, el profesor nos “premiará” con una baja nota que perjudicará nuestros resultados escolares.
Otra razón por la que las creencias verdaderas son mejores que las falsas es que las últimas son, a menudo, más caras. Esperamos que no tuvieras muchas creencias falsas sobre el colegio o facultad que escogiste, si así fuera, posiblemente no estarás muy contento ahora.
Pero la mejor razón para tener creencias verdaderas es que nos permite entender el mundo en que vivimos. Una persona que tiene muchas creencias falsas pierde el contacto con la realidad.
Seres intelectualmente curiosos
Las personas que piensan críticamente son intelectualmente curiosas. Cuando pensamos críticamente, queremos tener creencias verdaderas y buscar buenos argumentos para decidir en qué creer. En lugar de recibir pasivamente las creencias que se cruzan en nuestro camino, nos preguntamos el por qué de las cosas, buscamos problemas interesantes e intentamos encontrar argumentos para esos problemas. Por supuesto, no somos curiosos en todos los temas. A algunas personas les interesa la historia del fútbol, y a otras no. Pero las personas que piensan críticamente son curiosas sobre muchas cosas, disfrutan examinando argumentos y quieren aprender cosas nuevas.