La educación deliberativa es un enfoque moderno e innovador que permite conseguir de un modo efectivo numerosos objetivos educativos:
La educación deliberativa compromete y motiva a los estudiantes con la asignatura que se trabaja creando una atmósfera propicia para el aprendizaje activo. Las metodologías educativas tradicionales se fundamentan en un método predecible y jerárquico en el que los estudiantes son receptores pasivos del conocimiento que les transfieren los profesores. La educación deliberativa se fundamenta en diálogos democráticos entre el profesor y el estudiante y entre los mismos estudiantes. Esta metodología abre a los estudiantes nuevas formas de pensar, estimula la solución de problemas y promueve la libre expresión de ideas y la creatividad de los estudiantes. Al hacer hincapié en la investigación individual y la confrontación respetuosa entre opiniones diferentes y en ocasiones opuestas en público pero en el entorno seguro de la clase, la educación deliberativa constituye un antídoto educativo a la pasividad y la dependencia a una figura autoritativa entre los estudiantes.
La educación deliberativa ofrece un enfoque holístico y complejo del aprendizaje. La metodología tradicional se fundamentan en un enfoque de “consumo” del aprendizaje, donde el conocimiento se mide en los parámetros que marcan los requerimientos de los exámenes, y asume que los estudiantes no están interesados en continuar profundizando en los temas que se están estudiando. La educación deliberativa promueve el análisis profundo y el examen de temas complejos, a través de la investigación en fuentes variadas y reflejando otras áreas del conocimiento. La educación deliberativa proporciona a los estudiantes con el incentivo de analizar críticamente, evaluar y responder a una variedad de temas, preparándolos de este modo a convertirse en cuidadanos informados y comprometidos.
La educación deliberativa promueve la aplicación del conocimiento adquirido. Los estudiantes comprometidos con la educación deliberativa se convierten en expertos aplicando el conocimiento que han adquirido en debates y discusiones realistas. La metodología de la educación tradicional se focaliza medir en la capacidad de retención de conocimiento que tienen los estudiantes a través de exámenes, con independencia de la utilidad de la información. La metodología utilizada en la educación deliberativa estimula a los estudiantes a reconocer su conocimiento y aplicarlo en diferentes modelos, dependiendo del contexto. La fuente de la educación deliberativa es el aprendizaje experiencial, que implica que la enseñanza y el aprendizaje están en función de lo que sucede en cada momento. En la educación deliberativa, los alumnos desarrollan a menudo conocimiento a través de una serie de descubrimientos que ellos mismos dirigen a través de la experiencia práctica que paulatinamente aumenta en complejidad, con lo que aumenta el conocimiento. Las metodologías deliberativas preparan a los estudiantes para desempeñar una variedad de roles que se espera asuman en su vida adulta y les provee de una variedad de habilidades necesarias en las esferas privadas, sociales y profesionales de la vida moderna.
La educación deliberativa fomenta la cooperación y el trabajo en equipo. La educación deliberativa cambia el enfoque enseñar y aprender de actividades centradas en el profesor a actividades orientadas al alumno. Esto aumenta la calidad y cantidad de participación entre los estudiantes y estimula la cooperación y el reparto de responsabilidades en el aprendizaje y sus resultados. Este método refleja las demandas del “mundo real”, donde las personas a menudo tienen que trabajar con otras para alcanzar los objetivos.
La educación deliberativa se asienta sobre diferentes estilos de aprendizaje. Al confrontar a los estudiantes con diferentes tereas, la educación deliberativa responde a las diferentes necesidades, habilidades y estilo de aprendizaje de cada estudiante. La educación deliberativa responde a las necesidades de los estudiantes que valoran la observación y priorizan el análisis y trabaja bien para estudiantes que les gusta hacer y los que se centran en hacer conexiones entre los conceptos y su aplicación práctica.
El carácter innovador de la educación deliberativa es especialmente útil en la enseñanza de ciencias sociales, historia, y lengua, todas ellos campos donde las características y complejidad del material estudiado requieren una extensa comunicación, discusión y deliberación.