Pensamiento crítico y debate escolar

pensamiento critico

El 18 de abril de 2017 el CEO de United Airlines mostró, en su respuesta a la crisis reputacional vivida por la compañía tras expulsar por la fuerza a un pasajero de un vuelo, la importancia de que los empleados, en cualquier nivel de una organización, tengan las habilidades de pensamiento crítico y comunicación necesarias (Victor & Stevens, 2017). Se espera que respondamos de modo rápido y reflexivo en una era dominada por Instagram, Twitter y la cobertura de noticias las 24 horas al día. Como afirmó Harter (2009):

“No importa lo que el mundo nos depare, sino la capacidad que tengamos de hacer frente a una situación cuando se vuelva volátil, incierta, compleja y ambigua” (p. 111).

El mercado laboral

Las empresas necesitan que empleados y líderes organizacionales tengan las habilidades de pensamiento crítico y de comunicación necesarias para responder a las situaciones diarias. Desafortunadamente, estas necesidades no se cubren. Algunos empleadores afirman encontrar con frecuencia candidatos que terminan sus estudios sin tener las habilidades blandas deseables o la preparación necesaria para hacer una transición exitosa al lugar de trabajo (Elliot, 2015; Gallup, Inc., 2014; Harris, 2015; Jones, Baldi, Phillips , & Waikar, 2016; Roska & Arem, 2012; Society for Human Resource Management [SHRM], 2008; Stewart, Wall & Marciniec, 2016; Tugend, 2013; Vassal, 2014). En este sentido, el estudio realizado por Chronicle of Higher Education and American Public Media mostró que:

  • mientras un 40 % de los 704 empleadores que participaron en el estudio valoraron el conocimiento (42,5 %) y las habilidades técnicas asociadas con el trabajo (45,5 %) en sus nuevas contrataciones
  • más del 50 % de esos empleadores consideraron más importantes las habilidades de comunicación oral y escrita (78,8 %) y de toma de decisiones y resolución de problemas (59,3 %) (Maguire Associates, Inc., 2013, p. 12).

Por otro lado, el alumnado considera que sus habilidades de comunicación y pensamiento critico son insuficientes. Consideran que no reciben una formación adecuada en sus centros educativos (Craig, 2016; Head, 2016; Pascarella, Blaich, Martin, & Hanson, 2011). Una encuesta a 1651 graduados universitarios recién incorporados al mercado laboral reveló que solo el 30 % consideraba que tenia suficientes habilidades de pensamiento crítico al abandonar la universidad (Head, 2016).

A la hora de valorar estas afirmaciones de inadecuación que se desprenden de los resultados, conviene tener en cuenta dos aspectos:

  • considerar cuidadosamente la metodología de investigación utilizada en los estudios (Lane & Oswald, 2016; Lederman, 2013)
  • recordar que los estudios universitarios representan una base para un aprendizaje que debe continuar con la práctica (Posner, 2009).
El papel de la educación

Al igual que Larson y Metzger (2013) creemos que corresponde al profesorado “fundamentar su plan de estudios en experiencias del mundo real para que los estudiantes estén preparados para el aprendizaje permanente más allá de las puertas de la escuela” (párr. 11). Este aprendizaje de por vida requiere que el alumnado desarrolle las habilidades de pensamiento crítico y comunicación. Encontrar formas innovadoras y creativas para enseñar estas habilidades y que puedan aplicarse más allá del aula es un reto importante que tienen que resolver los centros educativos.

 

Nuestra propusta

Desde la Fundación Educativa Activa-t sugerimos, a profesorado y centros educativos, explorar una herramienta educativa prometedora, el debate, para impulsar las habilidades blandas de los estudiantes que en un futuro se convertirán en empleados.

Pensamos que la experiencia de debatir en varios cursos académicos en colegios y universidades puede aumentar las habilidades de comunicación y pensamiento crítico de los estudiantes. Según Bartanen y Frank (1994):

“el debate es una actividad de habla competitiva entre dos o más personas que discuten sobre una propuesta de política o juicio bajo reglas mutuamente acordadas frente a un oyente que tiene la responsabilidad de decidir quién hizo un mejor trabajo al debatir, utilizando cualquier criterio que el oyente considere importante” (p. 3).

Pensamos que este ejercicio, incorporado como parte del currículum, puede ayudar al alumnado a mejorar sus habilidades de comunicación y pensamiento crítico.

Muchos colegios y universidades tienen equipos de debate que funcionan como actividades extracurriculares. Sin embargo, pensamos que adoptar y adaptar estas prácticas y habilidades para su uso en el aula contribuirá al desarrollo de las habilidades de comunicación y pensamiento crítico a largo plazo del alumnado.

Formar al profesorado en habilidades clave de argumentación, ayudar en la planificación de las asignaturas para integrar el debate como una herramienta de enseñanza y aprendizaje y, en definitiva, generar oportunidades para que el alumnado experimente el debate, contribuirá a que desarrollen las habilidades deseadas.

Consideramos muy valioso que docentes y centros educativos comprendan mejor cómo se puede aplicar el debate y cómo pueden facilitarlo en sus asignaturas. Como resultado, los estudiantes mejorarán sus habilidades de comunicación, exhibirán habilidades de pensamiento crítico más sólidas y, en última instancia, estarán mejor preparados para la vida.

 

Referencias

Bartanen, M. D. & Frank, D. A. (1994). Nonpolicy Debate. Upper Saddle River, NJ: Prentice Hall.

Craig, W. (2016, March). Most grads say college taught them few critical thinking skills. Entrepreneur. Retrieved from: https://www.entrepreneur.com/article/270077

Elliot, M. (2015, May). 5 skills grads need to get a job. USA Today. Retrieved from http://www.usatoday.com/story/money/personalfinance/2015/05/03/cheat-sheet-skills- college-grads-job/26574631/

Gallup, Inc. (2014). The 2013 Lumina study of the American public’s opinion on higher education and U.S. business leaders poll on higher education: What America needs to know about higher education redesign. Retrieved from https://www.luminafoundation.org/files/resources/2013-gallup-lumina-foundation- report.pdf

Harris, B. (2015, September). The status of critical thinking in the workplace. Pearson Education. Retrieved from http://www.pearsoned.com/education-blog/the-status-of- critical-thinking-in-the-workplace/

Harter, N. (2009). Critical thinking in groups. Journal of Leadership Education, 8(1), 111-117. Retrieved from https://journalofleadershiped.org/attachments/article/202/JOLE_8_1_Harter.pdf

Head, A. J. (2016). Staying smart: How today’s graduates continue to learn once they complete college. Project Information Literacy Research Report. University of WashingtonRetrieved from https://ssrn.com/abstract=2712329 or http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.2712329

Jones, M., Baldi, C., Phillips, C., & Waikar, A. (2016). The hard truth about soft skills: What recruiters look for in business graduates. College Student Journal, 50(3), 422-428.

Lane, D., & Oswald, F. (2016). Do 45% of college students lack critical thinking skills? Revisiting a central conclusion of academically adrift. Educational Measurement: Issues and Practice, 35(3), 23-25. doi:10.1111/emip.12120

Larson, G., & Metzger, M. (2013, December). Why everyone is wrong about working with millennials. Fast Company. Retrieved from https://www.fastcompany.com/3022520/why-everyone-is-wrong-about-working-with- millennials

Lederman, D. (2013, May 20). Less academically adrift? Assessment and accountability. Inside Higher Education. American Association of University Professors (AAUP). Retrieved from https://www.insidehighered.com/news/2013/05/20/studies-challenge-findings- academically-adrift

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Posner, B. Z. (2009). From inside out: Beyond teaching about leadership. Journal of Leadership Education, 8(1), 1-10. Retrieved from https://journalofleadershiped.org/attachments/article/208/JOLE_8_1_Posner.pdf

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