CONCURSO DE ORATORIA: Por qué deberíamos participar con nuestros estudiantes

concurso oratoria

¿En algún momento has pensado en animar a tus estudiantes a participar en un concurso de oratoria escolar? ¿te estás planteando hacerlo este año? Puede que te hayas hecho estas y otras preguntas durante algún tiempo y que sigas teniendo dudas de si deberías embarcarte en esta aventura.

Es posible que pienses que, aunque la experiencia puede ser muy enriquecedora, no sabes si podrás ayudar a tu alumnado en la preparación. Además ¿qué pasa si no ganan?, ¿y si el resto de participantes están más preparados o tienen más experiencia? ¿Disfrutarán de la experiencia o se van a quedar únicamente con que les has hecho pasar un mal rato?

Te entendemos. En nuestra larga trayectoria organizando concursos de oratoria hemos vivido la alegría de los ganan y la tristeza de los que no. Pero si hay una cosa que todos los participantes destacan es la satisfacción por haber participado, por sentirse escuchados. Por eso queremos compartir contigo lo que la mayoría de estudiantes experimenta al participar en un concurso de oratoria con el fin de que veas por qué animarles a que participen es una buena idea.

Para muchos estudiantes participar en un concurso de oratoria escolar es una experiencia totalmente novedosa. Si hablar en clase puede ser un reto para muchos, imagina lo que puede suponer participar en un concurso de oratoria escolar. Habrá estudiantes de otros centros, jurado, un tiempo limitado para sus discursos… sin olvidar a la audiencia, que observa atentamente al alumnado durante sus intervenciones. Desde esta perspectiva ¿Por qué animar al alumnado a participar en un concurso de oratoria cuando la experiencia parece tan intimidante?

POR LA EXPERIENCIA

Participar en un concurso de oratoria es una experiencia difícil de describir en palabras. Uno solo lo sabe cuando participa. Es cierto que puede resultar abrumador al principio, pero, la experiencia de estar frente a una audiencia y sentir como el corazón late con fuerza con la emoción del momento es como estar en una montaña rusa… sin el riesgo de sufrir daño físico! Llama la atención como cambia la expresión de los estudiantes cuando terminan de dar su discurso… están tan aliviados que podrían flotar por la sala!! Como ellos mismos describen, sienten una mezcla entre satisfacción y libertad.

Esta experiencia a buen seguro contribuye a que el alumnado cambie cómo se enfrenta a situaciones que les suponen un reto, y para alguno de ellos, enfrentarse a su mayor miedo…. hablar en público!! Participar en un concurso de oratoria escolar ayuda a que el alumnado se sienta más seguro hablando a una audiencia… pero hay que probarlo para creerlo!!

POR SU CRECIMIENTO

Participar en un concurso de oratoria puede motivar al alumnado a buscar la “fórmula ganadora” para elaborar el discurso perfecto para el concurso. Lo practicarán incontables veces y se esforzarán para escribir el mejor discurso… una práctica que contribuirá a mejorar sus habilidades para hablar en público. El caso es que, cuando las personas participamos en un concurso, lo damos todo para ser mejores que el resto. Esta actitud contribuye a que nuestros estudiantes hagan todo lo posible para mejorar su habilidad para hablar en público y su puesta en escena. Incorporarán nuevas estrategias para captar la atención de la audiencia, mejorar sus historias, pulir su lenguaje no verbal, entonación, cadencia… en otras palabras, participar les ayudará a ser mejores oradores y a seguir progresando en cada participación.

Una participante me comentó en una ocasión que cada vez que participaba en un concurso de oratoria escribía su discurso una y otra vez, enviaba los borradores a su profesora para que le diera su opinión hasta que sentía que estaba perfecto. Comentaba la suerte que tenía por tener una mentora tan paciente y dispuesta a ayudarla. Una vez tenía su discurso listo, llegaba el momento de practicar. Practicaba constantemente, incluso a medianoche cuando todo el mundo en su casa estaba durmiendo o mentalmente de camino al colegio… a buen seguro que mucha gente pensaría que estaba hablando consigo misma. Practicaba delante del espejo para ver su expresión facial, se grababa audios para ver como proyectaba su voz e incluso vídeos para ver sus gestos y lenguaje no verbal. Todo giraba alrededor de practicar, practicar y más practicar. Un trabajo duro de principio a fin.

POR LO QUE APORTA

Pero, ¿qué aporta todo esto a nuestros estudiantes? Ayudarles a darse cuenta que pueden trabajar duro para conseguir su objetivo, a ser más fuertes y pacientes y a no darse por vencidos y seguir con paso firme para conseguir su sueño. La experiencia de participar en un concurso de oratoria puede ayudarles a trabajar la autodisciplina.

Además, participar en un concurso de oratoria implica para nuestros estudiantes compartir espacio y tiempo con otros estudiantes, ver cómo hablan y aprender de lo que dicen y cómo lo dicen. Y para los menos tímidos, a buen seguro puede ser una gran oportunidad para aumentar su red de contactos. En definitiva, una excelente oportunidad para compartir y aprender.

APRNEDER DE LA EXPERIENCIA

Una característica particular de los concursos de oratoria escolar es que hay un estudiante que gana y muchos que no, una excelente oportunidad para que todos menos uno aprendan cómo aceptar la derrota y a gestionar las emociones. Ganar un concurso de oratoria es una experiencia impresionante, difícil de explicar con palabras… es fantástico, increíble, motivacional… es como tener la sensación de poder mover montañas, de estar en lo más alto… sin embargo, no ganar puede generar una gran cantidad de emociones negativas. Puede llevar a los estudiantes a preguntarse si no son lo suficientemente buenos, o si son los peores oradores del mundo por no ganar. Pueden sentirse frustrados y fracasados por no ganar el torneo en nombre del colegio. Pueden incluso pensar que hay una conspiración contra ellos… y es que, aunque todo esto pueda parecer dramático, es lo que pueden llegar a sentir.

Pero con el paso del tiempo se dan cuenta que ganar no lo es todo, que perder no te hace un fracasado, que es solo cuestión de un punto de vista. Lo importante es lo que piensan de si mismos, porque cada orador tiene sus propias fortalezas y debilidades, es ayudarles a identificar sus fortalezas, a seguir creciendo en base a ellas… y a seguir intentándolo. Otro gran aprendizaje de la derrota es aprender a alegrarse de la victoria de otros. Disfrutar de la satisfacción de ver a otras personas triunfar puede ser una fuente de motivación e inspiración para seguir mejorando. Por ello, la principal razón por la que animamos a nuestros estudiantes a que participen en un concurso de oratoria escolar no es para que ganen sino para que mejoren su autoestima, autoconfianza y habilidades de oratoria. La experiencia debe ayudarles a ser más fuertes e inteligentes.

PERO POR FAVOR RECUERDA

Antes de apuntar a tus alumnos a un concurso de oratoria que el propósito no es saber quien es el mejor orador. Esto no va de quien habla, sino de quien escucha su mensaje. Como oradores, los estudiantes deben darse cuenta que su objetivo es conseguir que su mensaje llegue y que sea una fuente de inspiración para quien lo recibe. Participar en un concurso de oratoria es una súper experiencia. Una gran oportunidad para disfrutar de los momentos y aprender de los errores, para ayudar a nuestros estudiantes a ver el bosque, a que identifiquen sus puntos fuertes y áreas de mejora y, sobre todo, a que disfruten y lo pasen bien.

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