Tras la segunda jornada de debate, la evolución positiva en todas las competencias demuestra el compromiso de debatientes y mentores con la preparación y ejecución del debate. Se observa una mayor comprensión de la moción y del desarrollo del debate, lo que sugiere que los participantes han profundizado en su entendimiento de la temática central. Además, la capacidad de seleccionar y presentar información relevante ha mejorado, reforzando así la solidez de sus argumentos.

Aunque se ha progresado en la relevancia de la información presentada, aún queda margen para afianzar esta competencia. Es vital seguir fortaleciendo la habilidad de identificar y exponer la información más pertinente, dado que es un pilar clave para la argumentación eficaz. Los ejercicios de análisis de casos y prácticas de síntesis permitirán a los debatientes mejorar en este aspecto, garantizando que bajo la presión del tiempo, puedan discernir y comunicar lo esencial de lo accesorio.

La mejora en la argumentación y refutación, así como en la oratoria, sugiere que los equipos han perfeccionado la construcción de argumentos coherentes y han afinado su estilo y técnicas de comunicación efectiva. Esto, combinado con la notable mejora en el trabajo en equipo, indica un avance considerable en cómo los equipos se coordinan y colaboran durante el debate.

Para continuar este progreso, se recomienda integrar de manera sistemática ejercicios que desafíen a los participantes a resumir información y presentar los puntos clave en un formato conciso. Esto contribuirá a mejorar la selección de datos bajo presión, y afinar la capacidad de comunicar su relevancia de manera efectiva.